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Brasil, las razones que explican la atracción que ejerce en las forestales chilenas

El desarrollo genético, condiciones climáticas y mayor disponibilidad de tierras inciden en el creciente desarrollo de esta industria. Además del apoyo a la inversión por parte del Gobierno y de las autoridades locales.

Por: Claudio Gaete | Publicado: Sábado 4 de mayo de 2024 a las 04:00 hrs.
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Foto: Bloomberg
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En la década de 1960, las empresas brasileñas de celulosa comenzaron a mirar con atención al eucalipto que crecía de manera generosa en algunos estados del país. En los años ’70 hubo una fuerte inversión en tecnología genética para mejorar su desarrollo y un par de décadas después comenzó el despegue de la industria forestal al punto de convertir a Brasil en 2022 en el principal productor de celulosa del mundo.

Hoy esta industria produce 25 millones de toneladas de celulosa, exporta más de US$ 14 mil millones al año y emplea a 2,6 millones de personas de manera directa e indirecta.

Y esa es la razón para que las empresas chilenas estén apostando por Brasil para diversificar su producción desde hace 15 años.

Esta semana la CMPC anunció sus planes de invertir US$ 4.570 millones en el proyecto Natureza, en el estado Rio Grande do Sul, que incluye una nueva planta de celulosa para producir 2,5 millones de toneladas, diversas obras de infraestructura y un nuevo terminal portuario en Rio Grande.

En el caso de Forestal Arauco, del grupo Angelini, está el proyecto Sucuriú por US$ 3 mil millones en el estado Mato Grosso do Sul para producir 2,5 millones de celulosa y que espera estar operativo a partir de 2027.

De esta forma, en el caso de la CMPC, el 65% de la celulosa que produce se elaborará en Brasil y en el caso de Arauco, con el nuevo proyecto, será de 50%.

Rápido crecimiento del eucalipto

Según la líder del equipo de América Latina y country manager de Brasil de la consultora de índices de precios Fastmarkets, Marina Faleiro, hay varios factores que explican el auge de Brasil en la industria forestal.

El principal está en el rápido desarrollo del eucalipto, el cual necesita solo 6 años para crecer y ser explotado. Además, este árbol produce fibra corta, a diferencia del pino que produce fibra larga, lo cual lo hace más dúctil y es muy utilizado por la industria en la actualidad. “La madera es el principal factor para que una planta de celulosa sea competitiva y gracias a este rápido desarrollo, Brasil comenzó a tener una competitividad global en comparación con otros países”, señala.

Agrega que la razón de la maduración tan rápida de los eucaliptos se debe a factores climáticos, al desarrollo genético de la industria y a la alta disponibilidad de tierra.

Explica que los árboles son desarrollados mediante un proceso de clonación en viveros de modo que todos son iguales y de esa manera se logra la máxima eficiencia y productividad.

El gerente de personas y sustentabilidad de Arauco, Charles Kimber, cuenta que actualmente el índice de producción de madera por hectárea en Brasil es de 45 metros cúbicos. En Chile el promedio es 30. “Pero hay lugares de Brasil donde ese índice asciende a 70 mt3 y si se multiplica 70 por 6 (los años que tarda en crecer un eucalipto) se obtiene 420 mt3, es decir, se puede tener un mejor rendimiento. Acá en Chile para lograr eso tienes que esperar mucho más”, afirma.

Agrega que lo que se consigue en 20 años en Chile, en Brasil se logra en seis, es decir “se le puede dar tres rotaciones y tener tres flujos de caja, versus uno”, explica.

El factor tierra

Otra razón poderosa que explica el auge brasileño es la disponibilidad de tierra. Las inversiones chilenas en Brasil se concentran, principalmente, en dos estados que en conjunto suman 638 mil kilómetros cuadrados, es decir, el 85% del territorio chileno. En Chile las plantas se concentran en las zonas costeras de las regiones del Maule y Biobío, las que suman poco más de 50 mil kilómetros cuadrados.

En el caso de Arauco, de acuerdo al reporte integrado 2023, tienen 308 mil hectáreas de patrimonio forestal en Brasil, el cual incluye 5 mil hectáreas de bosque nativo de preservación, protección y/o conservación, además, de 4 plantas de paneles y una planta de resinas. A esto se agrega el proyecto Sucuriú.

En la CMPC ya cuentan con 299 mil hectáreas de bosque y 10 plantas en siete estados.

En términos globales, en Chile las plantaciones para uso forestal, de acuerdo a Conaf sobrepasa los 3 millones de hectáreas. En Brasil, llega a 10 millones de hectáreas, de las cuales 5,4 millones corresponden a eucaliptos, según la Industria Brasileña de Árboles, IBÁ, entidad que agrupa a 47 empresas y 10 entidades estatales ligadas a la industria forestal en Brasil.

Marina Falerio agrega que además se están utilizando tierras que están degradadas ya que fueron usadas para ganadería y hoy no tienen mucha utilidad para uso agrícola. Señala que estas tierras cuentan con la certificación del Forest Stewardship Council, FSC, la cual garantiza que los bosques se amparan en buenas prácticas ambientales.

“La FSC que está compuesta por stakeholders involucrados, ONGs y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF en inglés), cada uno de los cuales tiene poder de veto, así que la FSC es muy reconocida porque es muy estricta”, señala.

Además de eso, existe un incentivo de las autoridades locales para facilitar la inversión. En el caso de la CMPC, el Gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, estuvo presente en la ceremonia en que se dio a conocer el proyecto. “Nuestro Estado da certezas y seguridad para que inversiones tan relevantes como estas puedan desarrollarse”. Y agregó: “Realizamos cambios a nuestro código de Medio Ambiente para que las inversiones puedan desarrollarse adecuadamente y sin descuidar nuestro entorno (…) además, ampliamos las áreas en que la silvicultura puede ejecutarse y crecer en el estado”, afirmó.

En el caso de Arauco, cuando se firmó el acuerdo para el proyecto Sucuriú, en junio de 2022, el gobernador del estado de Mato Grosso do Sul, Reinaldo Azambuja, valoró la inversión. “Vamos a recibir a una de las plantas de celulosa más grandes del mundo. Será una unidad moderna, que generará empleos, oportunidades, ingresos y desarrollo social”. Y agregó que esto demuestra “la confianza de los inversionistas en nuestra política de incentivos fiscales, en la seguridad jurídica de quien invierte y en la estructura logística que estamos creando para quien necesita vender su producción”.

Charles Kimber afirma que Brasil tiene mucha disponibilidad de suelos y una política industrial muy agresiva. “Es un país que favorece la industrialización y comprende que necesitas invertir US$ 500 millones en tierras y árboles y sobre eso le vas a poner una fábrica de US$ 3 mil millones, es decir comprende el efecto multiplicador que tienen las plantaciones con la industrialización”, expresa.

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